martes, 28 de julio de 2009

A lo largo de los años y como fruto de las repetidas interrupciones a la democracia y, más tarde, a causa de las políticas económicas en boga y el debilitamiento del papel del Estado, aquí se ha abandonado la idea de que educación, ciencia y tecnología sean factores que pueden influir en la economía.
Esto nos pone en una situación de marginalidad, en momentos en que la riqueza de las naciones se concentra en aquellos países que han convertido a la exportación de materia gris en algo más apreciado que la exportación de materia prima.
Los países no tienen una ciencia bien desarrollada porque son ricos, sino que son ricos porque tienen una ciencia bien desarrollada.